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Historia de Reseteando

Entre placas madres y formateos... una vida. 

Porque todo tiene un antes y también un después, les recuerdo la importancia de no olvidar de dónde somos y en qué momento iniciamos el intrincado viaje de nuestra vida personal y profesional. Con plena conciencia sobre el punto específico de partida y el tramo en el que nos encontramos en el presente. En mi caso y por la naturaleza de este proyecto personal y laboral, mi vida pasa a ser parte de Reseteando en la totalidad de sus aspectos. Tanto por ser el fundador del proyecto, como también el único técnico en este mismo.

Nací en la ciudad de Angol en el año 1987 y la mayor parte de mi crianza se dio en el pueblo rural de Tijeral. Ambas locaciones están ubicadas en la Región de la Araucanía, empero mantengo una mayor nostalgia y amor por el segundo lugar. Puesto que mi infancia inició en el y mis raíces y bases familiares se gestan desde ese punto.


El antiguo Tijeral fue una localidad rural bastante tranquila, hermosa y sencilla. Conocí sus sectores y jugué en sus calles polvorientas, también corrí y caminé por sus veredas de tierra muchas veces. En aquellos años no habían lujos ni tecnología como computadoras, teléfonos o consolas de vídeo juegos (nuestra realidad). Pero la radio y la televisión ya se convertían casi en una constante del día a día para varias familias que no advirtieron el paso del tiempo y sus cambios. Actualmente, mi pueblo, con el "lujo" de la modernidad ha sucumbido también a males de esta misma por decisiones negligentes de alcaldes ignorantes. Así, personas humildes pero de bien, se han visto perjudicadas por el narcotráfico y un tipo de inseguridad y delincuencia al que jamás estuvieron acostumbrados; volver a mi tierra y recuperar su tranquilidad es un sueño lejano que me acompaña con exacerbada nostalgia.

Tijeral, Región de la Araucanía



La ciudad de la Unión, Renaico y Valdivia fueron otras localidades en donde parte de mi experiencia quedó plasmada. Con los años conocí también muchas otras ciudades de mi país y con ello maduré y aprendí a amar mi nación. Siendo consciente que el apego y el sentido de pertenencia con mi tierra (país), su gente y su historia. Dependen inequívocamente de nuestras experiencias con el entorno, pero también se precisa de un Estado sano y un Gobierno honesto que impulsen y ayuden a sus ciudadanos a conocer su territorio, valorarlo y protegerlo; últimamente, pareciera que nuestros gobiernos poco interés depositan en alimentar el arraigo y pertenencia de los chilenos para con su país y soberanía.

Es una realidad que el ciudadano chileno promedio, ha perdido interés en su país (no lo valora), olvidó lo importante de su historia y desconoce la gran riqueza que Chile oculta sobre sus tierras, debajo de ellas y a lo largo y ancho de sus costas. Sinceramente, creo con convicción que todo aquello se suscita porque desde ya hace varios gobiernos -malos administradores del Estado-. A nuestros ciudadanos se los ha idiotizado con una educación mediocre, medios de comunicación viciados, modas y formas de vida extranjeras cuestionables y esa eterna lucha de clases que en lo económico, político y social. Debe existir para la élite política. Con el fin de alimentar aquel "control de masas" que nadie quiere o puede ver a estas alturas del partido; hablar de este tema es un tabú al finalizar el día.

El conocimiento y la experiencia generalmente tienen un inicio torpe y su andar se lleva a cuestas con altos y bajos, por cierto, es una cursilería indicar que de la ignorancia y los errores se aprende. Pero aquello sólo cuenta cuando decidimos hacerlo con plena conciencia y enfocado a un fin mayor -el conocimiento-. En mi caso personal, mi interés por la tecnología y la informática comienza a los trece años en la ciudad de Valdivia y no es hasta los dieciocho que decido utilizar todo lo aprendido para enfocarlo en un plano más formal y con lo cual. Busqué quitarle aquel apellido de "hobby", "pololitos" y "maldades" a todo lo que realizaba en términos computacionales por aquel entonces.

Demás está decir que mi afición por la informática es a día de hoy una pasión y realización personal en el área de soporte computacional. Es así, que mi proyecto independiente RESETEANDO ® pasó a formar parte de mi vida laboral cuando decidí que era tiempo de entregarle un nombre, figura y forma a tantos años de sacrificio independiente anteriores. Estaba pendiente el dar aires de formalidad a aquel espacio en el cual podía desenvolverme sin ataduras y desde el año 2017 a la fecha. El disfrutar de esta actividad independiente es un pequeño gusto y alegría dada la libertad de ejecución e independencia, tomando en cuenta las dificultades de la vida actual en términos económicos y rentabilidad general.


Dado que mis orígenes son sencillos y la motivación por el aprendizaje autodidacta fue un tesoro que se me heredó de familia. Sólo puedo indicarles que a día de hoy mi espíritu y valores se mantienen fieles a las raíces que soportan la actual estructura cognitiva, moral y social con la que me muevo. Permitiéndome no tan solo en lo laboral, discernir sobre los caminos que he transitado y los que aún tengo por delante sin mayores datos de su estado o dificultad del recorrido. Con la constante de no ser completamente temeroso a lo nuevo, pero sí respetando lo que desconozco y analizarlo con antelación en lo posible. Por lo demás, nadie es adivino o perfecto para inferir con certeza si el siguiente peldaño de la vida está o no en buenas condiciones para soportar la marcha.
Existe en nosotros y frente a lo anterior (el futuro), aquella obscenidad de atribuirnos más de lo que somos y siempre pensar que conocemos el resultado de las cosas. Pero no hay nada más peligroso que vislumbrar con arrogancia lo que desconocemos y descubrir posteriormente que estábamos equivocados; soberbia y orgullo son elementos cancerígenos que muchas veces corrompen y afectan el alma.

Pavonearnos y jactarnos de nuestros conocimientos de forma tóxica y burlesca (inmadurez), es algo que se debe aprender a controlar en algún punto de la vida. Si lo anterior se manifiesta, importante es que sea de carácter pasajero porque el apego, la materialidad y vanidad que depositamos sobre las cosas, debe estar siempre en segundo plano y esto recae con mayor importancia sobre el saber (conocimiento). Quien acumula conocimiento, por consecuencia amasa inteligencia, oportunidades y sube en la pirámide social y puede llegar a lo más alto siendo un individuo sencillo y respetable o todo lo contrario.

En términos sociales, es el individuo el que debiese interesar (valores e ideales) y no el cúmulo de añadidos superfluos que le revisten (vestimenta, bienes, etc). Lo anterior, es un precepto de vida que necesariamente debe ser inculcado por la familia y cultivado por los sistemas de educación imperantes (proyectos de gobierno) dado que el proceso valórico requiere de un largo camino de comprensión e interiorización por parte de la juventud. La extinta educación cívica trataba muchos puntos de importancia para el bien común, tanto en la vida individual como la colectiva de nuestra nación y sin educación cívica, en la actualidad, sólo tenemos corderos camino al matadero. Yo, por lo tanto, me niego rotundamente a que esto se transforme en una constante en Chile; merecemos más y podemos ser más. 


Junto con aceptar que en nuestro sendero vivencial siempre habrá alguien o "algo" mucho más capacitado en lo teórico y lo práctico y que nuestros conocimientos y destrezas podrían llegar a ser superados en algún momento. Vale la pena sentarnos junto a Dios y comenzar a comprender de manera profunda y positiva nuestros límites y debilidades (a veces no es fácil aceptarlo). Buscando superar todas aquellas barreras de auto-crítica que muchos erróneamente nos hemos impuesto y que nos tornan incapaces de comprender el mundo del cooperativismo o las alianzas estratégicas. Sabiendo reconocer y valorar positivamente las destrezas de terceros, también buscando la manera de fortalecernos en tiempos complejos con ayuda de otros actores y sortear situaciones que superan nuestra capacidad personal e intelectual; humildad y trabajo en equipo.

La chispa y el gusto por el auto-aprendizaje y las computadoras (también fuertes ideales) los recibo de mi padre y gracias a él. Es que tengo contacto directo y permanente con mi primera computadora y Windows 98. Computadora que claramente en esos años supuso un enorme esfuerzo económico. Así pues, Linux Mandrake y otras distribuciones Linux se convirtieron en verdaderos desafíos de implementación para mi, desde el día que tuve en mis manos un disco de instalación y conocí revistas de informática como PC Magazine, PC Actual o Pc Manía.

Dado que mi padre es un ex funcionario de Carabineros de Chile, su rigurosidad, profesionalismo y metódica de aprendizaje. Se fusionaron también con su creatividad y capacidad autodidacta de manera incuestionable. Dones y detalles provechosos que heredé de él y apliqué a mi forma de aprender y comprender los temas que me interesaban; cosas útiles que quedaron grabadas en mi psiquis y que me acompañarán por el resto de la vida.

Se dice que la curiosidad siempre mata al gato y muchas veces las fallas del equipo computacionales de mi padre se debían a mis poco cuidadosas incursiones prácticas en hardware y software, las que yo realizaba con fines "educativos". Por ello, la finalidad de todo este proceso práctico, buscaba el entendimiento de ciertos procesos y aplicar de manera directa lo que aprendía de revistas informáticas y pequeños libros con los que contaba mi padre. En concordancia con lo anterior, considero que la experiencia educativa que viví fuera de las aulas se convirtió en la base de una costumbre adquirida. La que impulsó mi curiosidad en términos analíticos e indudablemente, se fusionó con lo práctico y experimental sobre una multiplicidad de situaciones hasta hoy.

Considero que aprender de forma autodidacta, en lo personal, me ayudó mucho. Sobre todo en períodos de indecisión frente al futuro profesional. Creo por lo demás, que esta senda de aprendizaje autónomo le facilitaría la vida a otros niños y jóvenes si en nuestra sociedad se tomara con seriedad la frase "aprender haciendo". Es aquí, en donde el gobierno de turno debiese ser el principal ente formador de talentos por nivel de injerencia y responsabilidad en la materia. Por ello, importante es destinar todos los recursos posibles (
nuestros impuestos) al conocimiento colectivo, apuntando a una educación moderna y adaptativa que forje por consecuencia mentes críticas en entornos sanos y libres de proselitismo político.


Lo empírico, lo práctico y autodidacta comenzaron a moldear mi forma de aprender y "hacer las cosas" conforme pasó el tiempo y confluyeron en un proceso primigenio y rudimentario que me llevó por variedad de caminos, formas y técnicas que indudablemente me obligaron a fijar referencia en otras personas. El resultado de esto último fue acceder a mayor conocimiento proveniente tanto de buenas como malas fuentes (comunidades y usuarios) y elementos a los que aún recuerdo  y respeto con el paso de los años. Porque no puedo darme el lujo de olvidar lo que soy y cómo inicié en esta faceta de mi vida; mis orígenes.

El autodidacta muchas veces, o mas bien, la mayor parte del tiempo trabaja en soledad y acierta o falla en igual contexto y condición. Así, el proceso de aprendizaje y búsqueda de  la información recae exclusivamente en su criterio personal y la capacidad que posea para indexar, depurar y llevar a proceso fino de curación los datos obtenidos para evadir errores. En efecto, cuando eres demasiado joven, el deambular física o digitalmente en búsqueda de respuestas no necesariamente te lleva a las fuentes o respuestas exactas y hay fallas en el proceso. No obstante, en un ambiente educativo guiado, ocurre que la calidad del docente es importante y debe ser excepcional. Para que esta búsqueda de conocimientos sea experimentada de buena manera, por las mentes más jóvenes bajo su cuidado.

El aprendizaje que compone intrínsecamente tanto nuestras habilidades duras y blandas, se gesta en nuestras vidas como una asincronía atemporal que da y quita constantemente. Habrán por lo demás, momentos buenos y amargos que nos acompañen en el proceso autodidacta y muchas veces será normal que busquemos entre lo amargo y lo dulce a referentes externos (fuentes) para entender aquello que las neuronas nos solicitan con cierta prioridad y desasosiego; quien sea autodidacta en su materia, entiende y acepta la dificultad del proceso frente al sistema educativo establecido, advirtiendo una cierta desconexión entre ambos sistemas de aprendizaje ya que cada uno a su manera, nos cede o nos quita algo.

Decir que los años de aprendizaje autónomos te entregan cierta experiencia es algo palpable y efectivo. Pero no puedo dejar de pensar que dicha experiencia me hizo pagar un precio, dado que el proceso implícito no fue "color de rosas" en todo momento y el tiempo empleado muchas veces fue excesivo. Tiempo que obviamente dejó de estar disponible para otras cosas y experiencias como amistades, oportunidades de todo tipo, vivencias, etc.


En párrafos anteriores les hablo del sistema educativo establecido y con ello me refiero a la forma imperante de enseñar a niños y jóvenes tanto en términos teóricos como prácticos en instituciones de todo tipo, bajo “el modelo” que cada gobierno considera mejor para si mismo. Por tanto, en lo que a mi vida respecta, haber incursionado en Asistencia Judicial por mera curiosidad, me supuso las mismas dificultades que el haber estudiado Diseño Gráfico. Con la salvedad que la segunda carrera decidí concretarla por gusto y meta personal, dado que muchos conocimientos adquiridos en esta materia de estudio, me han sido en extremo útiles y versátiles para la vida diaria. No así el área de asistencia judicial, en donde aprendí que terminaría siendo el administrativo de quien se prepara profesionalmente para seguir mintiendo en la vida -sobre todo en el área penal-.

Laboralmente me desempeñé en el comercio trabajando para tiendas locales como Minicentro, Compustore o Taboada, siempre con inclinación a lo tecnológico en el área de atención al cliente. También estuve algunos años trabajando como técnico instalador de altura en el rubro de las telecomunicaciones (área microondas). Mientras el espíritu freelance en el área informática se mantenía y por ello trabajaba a la par para no abandonar mi nicho sin descuidar mi desempeño, asumiendo siempre mis deberes. Cosa que a la juventud de hoy le falta aclarar y balancear en cierta medida. Discernir hasta donde se puede exigir y presionar a un empleador, según lo que creo que "valgo" como persona y trabajador.

Mi título de diseñador gráfico sólo lo ejercí sin mayor entusiasmo por un período corto de tiempo diagramando para el Diario Austral Valdivia y Estrella de Chiloé, realicé servicios acotados para un par de empresas pequeñas y particulares y no continué activamente en el área. Ya que el Diseño Gráfico en la ciudad de Valdivia no se valora de la misma forma que en otras zonas. Asimismo, creo personalmente que la vida como diseñador freelance se torna bastante  dura e inviable a largo plazo y aquello genera situaciones y asperezas que le quitan la magia a lo que haces. Por todo lo anterior, es que me considero un diseñador gráfico "de paso" que escogió al Soporte Computacional por la libertad de acción y autonomía.

Dado que en Diseño Gráfico "todos" creen tener la última palabra en la conceptualización y el diseño mismo y más con la llegada de la IA al campo digital. Variadas pericias de un diseñador están quedando obsoletas, cuestionadas, infravaloradas y suplantadas. En un lenguaje simple: "Te adaptas al rubro, cedes al cliente o la IA terminará trabajando por ti".


Importante mencionar a mi madre, mis abuelos y en especial al "tata" Juan en estas líneas. Ya que a este último y por muchos buenos motivos deberé seguir recordando. Puesto que sus valores e ideales alcanzaron a muchas personas, mostrándoles una forma correcta de ver y vivir la vida. Es aquí, en donde indico nuevamente la importancia de recordar nuestros orígenes y las bases que componen nuestro entendimiento. Los actores que participaron en nuestras vidas y aceptando con humildad lo que fuimos, lo que somos y lo que quizás podríamos o no llegar a ser.

Todos debemos recordar nuestros orígenes y cuidar nuestras propias historias de vida, porque la sumatoria de cada experiencia individual rescatada, conforma por consecuencia aquel cumulo de eventos básicos que dan origen a una nación y sustentan su soberanía. Mi vida y la de ustedes, jamás podrán ser plasmadas con total exactitud y profundidad en un texto, mucho menos la historia de nuestro país. Pero depende de cada uno de nosotros, que aquella oratoria y memoria colectiva, aunque imperfecta, siga en funcionamiento... transmitiendo datos.


En mis últimos párrafos quiero agregar e indicarles que nadie en esta vida logrará la perfección absoluta y que todos tenemos el "derecho sagrado" de cometer un error, aprender de este mismo y enmendarlo. Sin olvidar que nuestra libertad individual se extrapola a todo el medio social que nos rodea y que la soberanía intelectual (aprendizaje) siempre debe defenderse en mente, alma y corazón. Procurando hacerlo de manera responsable, porque cada acto consciente regido bajo el entendimiento (gran y peligroso poder), implica hacernos cargo de una gran y compleja responsabilidad: entender que mis derechos terminan donde empiezan los del resto.

Si lo anterior lo aplicamos de manera correcta a nuestra sociedad, en efecto el bien común podría ser alcanzado, experimentarse directamente y materializarse. Porque un pueblo pensante, sano y libre, no se corrompe ni se vende frente a ofertas baratas dado que mayoritariamente sus bases sociales se componen de gente honesta, buena, cohesionada y colaborativa. Gente que por consecuencia amará la historia de su país, sabrá aceptarla con lo bueno y lo malo y no dejará que lo vergonzoso del pasado aplaste un futuro lleno de orgullo.

Jamás olvidar que al aceptar y amar nuestras historias de vida. Ese ejercicio nos lleva por consecuencia a amar nuestro país (lugares) y debemos ser conscientes que ningún gobierno corrupto o un partido político mediocre. Nos querrá unidos, pensantes, críticos y "amantes" de lo que nos pertenece: nuestra patria.

Nadie más que el pueblo chileno, unido en su plenitud sin matices o ideologías. Es el dueño de sus tierras y custodio de sus fronteras, porque aún hay patria y sólo algunos serán capaces de "rendir la vida si fuese necesario" por mantener en pie ese juramento, esa gloriosa promesa que hicimos frente a nuestra hermosa tricolor.


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CHILE LIBRE Y SOBERANO
---Atte. René Núñez.---


"Si no cuentas tu historia, otros la contarán por ti"
Javier Orrego C.



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